Las primeras Navidades con un bebé: cómo sobrevivir y cómo disfrutarlas (sin acabar de los nervios)

Seguro que antes de la llegada real e inminente de esta escena a vuestras vidas, la la habíais imaginado mil veces de forma idílica: relajados, felices, tardes de sofá y manta disfrutando de vuestro bebé y de la compañía de amigos y familiares que os
ayudarán en sintonía con vuestras necesidades…

Pero no. Lo cierto es que la realidad es bien distinta. Las primeras navidades con un bebé son algo que colma de felicidad a toda la familia, no cabe duda de ello, pero sabemos que también pueden ser pelín estresantes: Cambio de rutinas, demasiados estímulos, llantos, nervios, cenas, cuñadas, cuñados y muchos “opinólogos” al acecho.

Ese bebé tiene hambre
Ese bebé tiene sueño
Serán los dientes…
No le cojáis tanto en brazos
Tiene gases
La duele la tripa…
Seguro que tiene frío, abrigadle un poco más…
¿Tan pronto os váis? ¡Venga, que un día es un día!


Os suena, ¿verdad? Por si necesitáis pautas para entender vuestras dudas, vuestros miedos, así como dar respuesta a comentarios desafortunados o derribar mitos falsamente arraigados, en este post os damos algunos consejos que os
resultarán útiles.

Las primeras Navidades con un bebé: cómo sobrevivir y cómo disfrutarlas

1-Ante todo, tranquilidad (la que podáis tener con un bebé en casa…), seguridad y confianza en vuestras decisiones.

Es decir, aquí lo único que realmente importa es el bienestar de vuestro bebé y de vuestro núcleo familiar más directo. Si sentís que algo no os viene bien, no le sienta bien a vuestro bebé, no os sentís cómodos o directamente no os apetece, que no os importe lo que piensen o digan los demás.

Esta etapa es complicada, pero también es única y preciosa. Disfrutadla. No os dejéis intoxicar por factores externos que puedan perturbar vuestra tranquilidad y vuestros deseos. Gestionad bien las visitas, insistiendo en que os avisen antes de ir y poniendo horarios acordes a vuestras rutinas. Si se trata de un plan fuera de casa y no os apetece porque estáis cansados o no os viene bien, no tenéis porque estar ni cumplir, y es más que comprensible.

2- Opiniones no pedidas

Esto va en el pack de convertirse en mamá & papá. Todo el mundo opina. Todo el mundo sabe. Todo el mundo tiene algo que comentar… Pero no olvidéis que la única opinión que realmente importa es la vuestra. Sobra decir que la mayor parte de las veces las opiniones no son malintencionadas, pero no suelen ser agradables ni constructivas, ya que la gran mayoría suelen ser gratuitas y totalmente desactualizadas. Como bien dice el refrán “consejo no pedido, consejo mal recibido”. Bastantes dudas y miedos se tienen ya como mamás y papás primerizos, no necesitan inputs externos que no suman o cuestionan, solo se necesita ayuda (si se pide) y mucha empatía.

3- ¿Qué hacer si no quiero que cojan o besen a mi bebé?

Simplemente hacedlo saber con antelación, os ahorraréis un disgusto (y también posibles sustos). Vuestro bebé no es un muñeco que pueda ir de mano en mano. No os apetece que le toqueteen y tampoco que le besen. Y está bien que lo sintáis así. Las primeras semanas y meses lo único que necesita un bebé es el calor y el olor de mamá y de papá. Algo tan simple como un exceso de perfume de otra persona puede perturbarle muchísimo. Es normal que no le guste estar en brazos ajenos, que llore y que se muestre incómodo. No se está malcriando ni tiene “mamitis”. Está donde tiene que estar. Si no os gusta que le cojan o besen, hacedlo saber. Con un recién nacido toda medida de higiene es poca. Un simple catarro para un bebé puede suponer un ingreso hospitalario, y esto es algo que se suele olvidar ante tanta ternura. Recordad que es muy invasivo coger a un bebé sin el permiso de sus padres, y besarle todavía más. Es algo totalmente biológico, a ningún mamífero en la naturaleza le gusta que le arrebaten a su cachorro, la mamás protegen a sus crías continuamente, incluso con su vida si es necesario. Pues esto es lo mismo, el sentimiento de protección y de apego son emociones totalmente primitivas.

4-Paciencia, humor y elegid bien las batallas.

Es inevitable que viváis todo lo descrito arriba. La solución sería aislarse en una burbuja, pero eso no es lo ideal ni lo deseable. Tened en cuenta que hoy en día disponemos de mucha más información de la que existía hace unos años y esto es difícil de digerir para otras personas con costumbres o ideas muy arraigadas. Si vuestro interlocutor muestra curiosidad y le apetece entenderos y ayudaros, podéis explicarle por qué no es bueno dejar que el bebé llore; el motivo por el que no lleva zapatos ; vuestra decisión de no dejar que se duerma solo ; beneficios de seguir unos horarios; los efectos nocivos del azúcar; por qué toma tanto pecho o por qué no lo toma… aspectos que han cambiado mucho de la generaciones anteriores a la nuestra, y que suelen generar controversia, sobre todo con los abuelos o personas más mayores. No perdáis demasiada energía en explicaciones si no están receptivos, porque es posible que os traten con condescendencia y esto os haga sentir mal. Simplemente decid que vosotros no lo hacéis así porque no es bueno para vuestro bebé/familia (o lo que consideréis oportuno). Además, siempre podéis apoyaros en artículos, talleres, libros… y compartir información actualizada para que poco a poco vayan poniéndose al día. Por alguna razón, si se trata de una fuente oficial o profesional, su predisposición a saber más y cambiar de opinión suele ser mayor.

5- Límites y comunicación asertiva.

Los límites son buenos, sanos y necesarios. El hacer saber lo que os viene bien y lo que no, así como lo que os gusta y lo que no, os ahorrará muchos disgustos y malentendidos. Al final cada familia es única, lo que le viene bien a unos, no les viene bien a otros, y por desgracia todavía no podemos leernos la mente. Los tiempos han cambiado, eso un hecho, y hay muchas personas que todavía no son conscientes de ello porque no les ha tocado vivirlo. La brecha generacional está muy patente durante estas fechas, pero podéis explicar las cosas amablemente, no hace falta ser hirientes ni enfadarse, simplemente sed asertivos y comunicad vuestros deseos con antelación. Suele ser útil con los abuelos, quieren dar todo el amor del mundo, pero también deben recordar que ahora es vuestro momento, vuestra familia y vuestras normas. Deben saber estar, aceptar y mantenerse en un segundo plano porque ahora son abuelos, no padres. Y pretender sanar sus carencias a través de los nietos no es sano. Explicadles las cosas amablemente pero con firmeza, el respeto es indispensable para poder mantener una relación familiar sana.

Todos estos consejos debemos aplicarlos tanto en la etapa bebé como a posteri según van creciendo nuestros hijos. Y no solo en Navidad, recordadlo en vuestro día a día con todo vuestro entorno. Os facilitará la vida y ahorrará situaciones incómodas.

Desde el respeto y la empatía, aprender a decir no y poner normas es clave.


Por ejemplo:


¿Venís a cenar en Nochebuena? Nos acercaremos a veros un ratito, pero nos iremos pronto a casa. Es un día para que todos estemos relajados, el peque y nosotros necesitamos un poco de tranquilidad, tanto ruido le pone nervioso y vosotros os merecéis disfrutar sin estar preocupados.


¿Me dejas a la bebé? No. Sé que le quieres y que te encantaría darle mimos, pero estás muy resfriado y puede ser peligroso para ella. ¿Has oído hablar de la bronquiolitis?


¡Es Nochevieja, dale unas uvas, seguro que le encantan! No. Estará dormido y todavía no tiene 6 meses. Además, nunca hay que dar uvas enteras, tomates cherrys y otros alimentos de forma similar a menores de 5 años por riesgo de atragantamiento. Siempre cortados a la larga o en trocitos muy pequeños. Te voy a enviar un listado de alimentos prohibidos y recomendaciones en este sentido paraque tengas toda la información, ya que es muy peligroso.

Ante una rabieta: “No llores, mi niño, no llores, ven que te enseño un juguetito” Por favor, no levantes la voz. Agradezco tu disposición, pero estoy intentando calmarle yo. Además, explicarle ciertas cosas así como enseñarle y acompañarla en ciertas situaciones es algo que nos corresponde su padre y a mi

Quiero ir a llevarle unos regalos a los niños. Te lo agradezco, pero ya trajiste regalos el otro día. Sé que les quieres, pero tienen demasiadas cosas, no es bueno para ellos y nos gusta que los reciban poco a poco para poder disfrutarlos.

Hay escenas que nunca van a cambiar, pero el bienestar de vuestro bebé y de vuestra familia está en vuestras manos.


Tranquilidad desde el primer día. Sobre todo en estas fechas.
Y Recordad, ¡lo estáis haciendo genial!

Pie de un bebé con un gorro de papá noel en el dedo gordo

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