Por este motivo, tanto en el postparto inmediato como más adelante -seamos madres, padres o no- es de vital importancia contar con tiempo de autocuidado.
Tiempo de calidad, ya sea mucho o poco, en el que podamos dedicar algo de atención y espacio a lo que sentimos y necesitamos. Somos conscientes de que encajar esto en la vorágine vital de la m(p)aternidad, el trabajo y las rutinas del día a día es complicado, pero debe abordarse como un hábito saludable para garantizar nuestra salud y nuestro bienestar emocional. Dedicar tiempo al ocio y a las aficiones no siempre es posible, pero existen pequeños gestos que nos ayudan a recargarnos y a reconectarnos.
● Algo tan sencillo como meditar cinco minutos al despertarse o antes de irse a dormir.
● Leer unas páginas de un libro.
● Escuchar un podcast o un audiolibro.
● Escribir qué sientes y cómo te sientes.
● Hablar por teléfono con una amiga/o si la falta de tiempo no te permite salir y hacerlo presencialmente.
● Una mascarilla y una infusión.
● Un paseo.
● Hablar con tu pareja antes de dormir. No solo de responsabilidades y de vuestras tareas como padres. Hacerlo como pareja. Y como entes individuales con necesidades e ilusiones propias.
Existe una etapa de entrega total a la nueva figura de madres y padres en la que olvidamos todo lo que no sea este rol, pero una vez pasado el aislamiento inicial del mundo y de lo que nos rodea, debemos aprender a buscar el equilibrio entre cuidar y cuidarnos.
La salud mental es tan importante como la física. Ambas están íntimamente ligadas y son los engranajes de nuestro bienestar. Y del bienestar de la familia. Es imposible cuidar o estar a la altura de las exigencias de la vida si no nos cuidamos primero.
Si crees que puedes estar viviendo algo así, pide ayuda. Tanto profesional, como a tu entorno. Una red de apoyo que pueda sustentar nuestras emociones y con quién poder compartir lo que sentimos. Afortunadamente, a día de hoy existen especialistas para ayudarnos a transitar todo tipo de situaciones. Por ejemplo, si tienes dudas sobre lactancia, una consultora en lactancia certificada o IBCLC (International Board Certified Lactation) podrá ayudaros a gestionarla más fácilmente. Si se trata del sueño del bebé, un sleep coach podrá daros pautas para mejorar la calidad del sueño y generar rutinas.
Y si tenéis dudas respecto a la salud de vuestro bebé, no dudéis en apoyaros en vuestro pediatra de referencia. Dentro de los contratiempos habituales, pueden darse situaciones como los cólicos del lactante, los cuales pueden llevar al límite la tranquilidad de los padres. El llanto del bebé es un gran estresor porque biológicamente estamos preparados para entrar en modo de alerta y cuidar de él. Si a esto le añadimos la incertidumbre de no saber qué le pasa ni cómo calmarle, se genera una situación de gran estrés para la familia. Por este motivo, existen estudios que avalan que el uso de L.reuteri DSM 17938 supone una mejora en el bienestar del bebé, reduciendo por ende el tiempo diario de llanto y mejorando la calidad de vida de la familia.
Si el bebé está bien, vosotros estaréis mejor. Pero si vosotros no estáis tranquilos, sanos y fuertes, difícilmente podréis cuidar de él ni calmarle siempre que lo necesite.